EL MAESTRO Y LA JUSTICIA

Jesus Eliecer Jiménez Correa (*)

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EL MAESTRO QUE TIENE JUSTICIA ES VERAZ.- Porque para ser hombre honrado, proceder como maestro instruido, competente y justo, se impone que el maestro ame, cultive y enseñe la verdad.

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Por otra parte, es malo o injusto el maestro que no sabe, peor el que sabiendo no enseña y pésimo, si cabe la palabra, el que errando o dudando no rectifica sus errores o disipa sus dudas, antes que propagarlas como moneda corriente.

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Este sujeto, en ves de maestro modelo, es un ladrón de oficio y de pésima condicion que causa funestísimas o irreparables daños en individuos y pueblos.

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El maestro con veracidad, procura que lo sean tambien sus alumnos; jamas miente ni tolera que por nada se mienta en su escuela. Ama la verdad, cultiva la verdad, enseña la verdad y vive la verdad para la verdad, entendiendo que ésta es su primer deber.

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Aborrece la metira, que es madre de la doblez y falsía, de la austica, el engaño y el fraude de la seducción y corrupcion, de la infidelidad, perjuicio y conspiracion, de la jactancia, la adulacion e hipocresia, vicios estos con los cuales es incompatible la dignidad humana y el bienestar social.

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El maestro veraz, esta obligado a emplar todos los medios licitos para eliminar la mentira de su escuela y alumnos, si quiere hacer relamente hijos de Dios y no monas del Diablo, pues la mentira es hija del Satanas y rebaja, falsifica, sataniza y esclaviza al que la cultiva.

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El maestro amante de la verdad, fomenta con ella y por ella la bondad y belleza, que en Dios son una misma cosa y en el niño y el hombre aparecen como hermanas. La verdad bien conocida, no hay duda de que produce gusto y placer, y a medida del rector saber, será el recto querer o el buen amar y gozar.

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Asi estamos hechos y asi tienen derecho a ser educados nuestros alumnos. Estos no son palos secos, ni perdigas de fierro frio, sino seres vivos que, a mas de cabeza, tienen volutnad y sentimiento; y el maestro que a esto no lo entiente o lo desatiende, no es competente, bueno, ni justo sino un mutilador del hombre.

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(*) Jesus Eliecer Jimenez Correa (Santo Domingo, Piura, 26 de Enero de 1924 - Chiclayo, Lambayeque, 18 de Agosto de 2000) fue un educador, filosofo, escritor; muchos lo recuerdan aún como supervisor de educacion, pero su vida estuvo abnegadamente dedicada a los niños más olvidados de las fronteras. A sus esfuerzos e intrepidez se debió, en la decada de los años 60 el descubrimiento que niños peruanos eran traslados por sus padres a escuelas ecuatorianas por falta de presupuesto fiscal para infraestructura educativa en las fronteras. Para llegar al territorio extranjero, a riesgo de su propia vida, se hizo pasar como comerciante y comoprobo el hecho reportando lo sucedido al ministro del ramo de ese entonces. Su pensamiento por la protección de los niños del ande está contenido en sus obras, entre ellas "El Educador Modelo" y "Mi Nuevo Metodo" en las que destaca su celebre frase: "Aquel que toma a su cargo la sagrada responsabilidad de enseñar debe ser un educador modelo porque el maestro es espejo en todo de sus alumnos. La mision del maestro no es sólo instruir, sino informar y formar al niño. Es decir, se debe instruir, educando y educar, instruyendo. Su legado por la niñez está justamente expresado en su obra fundadora de escuelas en las zonas altoandinas de la sierra de Ayabaca, Frias, Huancabamba, Cañaris e Incahuasi.